Review: Marianne

Por: Tania Ávila

Era septiembre cuando Netflix estrenó los ocho capítulos que conforman la serie francesa Marianne y la anunció como uno de sus proyectos más terroríficos del momento. Hasta Stephen King (reconocido autor del género, creador de Pennywise) la alabó y eso, de alguna forma, le dio más peso a lo anterior. Por eso pensé que sería una idea perfecta maratonearla antes de Halloween (para entrar en spooky mood), y la verdad es que la serie no decepciona: entretiene.

¿De qué va Marianne?

La historia comienza con la presentación del nuevo y último libro de la saga de terror escrita por Emma Larsimon (Victoire Du Bois), la protagonista. Decidida a cambiar el tono de su carrera literaria, Emma está lista para terminar con Lizzie Larck, la heroína de sus libros, y con Marianne, la bruja que le da trama a su serie; sin embargo, ésta última no quiere que concluya, por lo que la forzará a volver a Elden, su pueblo natal y el lugar donde comenzó su verdadera historia.

Conforme los episodios avanzan, se revela que Marianne era recurrente en las pesadillas de Emma y la saga de Lizzie era una forma de lidiar con eso. Ahora en Elden, la bruja no solo tiene más poder sobre la protagonista al usar sus historias en su contra, también comienza a aterrorizar a sus antiguas amistades; por lo que será crucial hallar una forma de detenerla, sin olvidar que ella nunca se va sin nada.

¿Y sí da miedo?

Si lo que buscas son los cada vez más recurrentes jumpscares, sí encontrarás algunos. Gran parte del terror en Marianne se compone de escenas tensas y lentas donde eres tú quien se anticipa al susto que al final se desvanece rápidamente. Otro elemento aterrador se da al inicio gracias a la actuación de Mireille Herbstmeyer, de quien seguro ubicas sus expresiones faciales por el tráiler, y si no, aquí te lo dejamos:

No obstante, no todo es miedo, la serie también cuenta con escenas cómicas e incómodas que aligeran la tensión. El resultado es un ritmo agradable que contribuye a que los episodios no se vuelvan pesados o tediosos.

A opinión personal, no obtuve el terror que esperaba: Marianne funciona más como una serie de suspenso donde el elemento principal es sobrenatural; la trama se ensombrece en los últimos tres capítulos, justo cuando se ahonda más en el pasado de la bruja y existe una confrontación entre las protagonistas.

Esta producción francesa, dirigida por Samuel Bodin, ha sido comparada en medios con La maldición de Hill House, una interpretación libre de la novela de Shirley Jackson también disponible en Netflix. Aunque, con premisas tan diferentes, no hay cabida para ésta: Hill House tiene escasos momentos de calma, la trama no lo permite, por lo que la tensión y el suspenso se mantienen más tiempo; Marianne, por otro lado, a pesar de ser más corta en duración, se permite eso.

¿Qué más ofrece Marianne?

El formato de edición es muy interesante: cambios de escenas, flashbacks y flashforwards se dan a entender con una cortinilla que simula el pasar de las páginas de un libro; como si estuvieras leyendo las aventuras de Lizzie Larck, lo cual le da dinamismo a la serie.

Emma Larsimon es un personaje que, si al principio te pasó como a mí y no soportabas del todo su actitud, conforme Marianne comienza a poner en riesgo a sus seres queridos, deja atrás su arrogancia en pro de derrotar a quien la ha perseguido desde hace años.

El ambiente está bien construido: Elden es una aldea ficticia en algún lugar costero de Francia, por lo que resulta atractivo visualmente con su faro, las olas golpeando el peñasco y la pequeña capilla que oculta las respuestas al pasado de la bruja.

Finalmente, la serie tiene ocho episodios, algunos de poco más de media hora, por lo que podrías ver toda la historia de Emma en tan sólo seis horas, qué dices, ¿te animas?